Inclusión digital: el sector del voluntariado debe desempeñar un papel político fundamental

A draw with people sit working on devices

Inclusión digital: el sector del voluntariado debe desempeñar un papel político fundamental

Si hay un reto que las organizaciones de voluntariado deben afrontar, es éste. Durante mucho tiempo, las organizaciones de voluntariado se han centrado en su misión “principal”, la defensa de los derechos que han co-construido con sus miembros: el derecho al voto, el derecho a formar asociaciones, el derecho al aborto, el derecho a la seguridad social, el derecho a la vivienda, el derecho a la identidad de género, el derecho a la educación y el derecho a la cultura. A sus ojos, las pantallas de estos públicos no eran más que herramientas. La digitalización forzosa impulsada por los poderes públicos y económicos y la pandemia las convierten ahora en un punto de acceso obligado a estos derechos esenciales. Sería un grave error para el sector abordar esta cuestión desde un punto de vista puramente técnico.

La brecha digital: antaño una palabra de moda, el concepto ya no es popular. Hoy preferimos hablar de inclusión digital, reducción de las desigualdades digitales, apropiación digital y mediación digital. Cuando ponemos un documento sobre la mesa sobre este tema, lo llamamos “plan de acción para la mediación digital para todos los valones” o “plan valón de inclusión digital” o incluso en Bruselas “plan de apropiación digital”.

PMTIC & EPN

Históricamente, las políticas de inclusión digital se originaron en Valonia a principios de la década de 2000 con el lanzamiento del Plan de Movilización de las TIC por parte de la entonces Ministra de Empleo y Formación. Ese mismo año, la misma Marie Arena financió la publicación por Philippe Allard y Pierre Lelong del libro “Les espaces publics numériques, moteur d’un internet participatif”. La primera iniciativa tenía por objeto mejorar las competencias digitales de los solicitantes de empleo. La segunda pretende facilitar “la creación de espacios sin ánimo de lucro abiertos al público con un proyecto de acompañamiento individual y/o colectivo para favorecer el acceso, la iniciación y la apropiación de Internet, los multimedia y la ofimática”. La “génesis” del primer dispositivo se confiará al Laboratoire de soutien aux Synergies Education Technologie de la Universidad de Lieja, que se encargará del desarrollo del programa, la metodología y los contenidos. Su financiación será estructural, fijada por decreto, cuya nueva versión se espera para el año próximo. El sistema EPN recibirá ayudas puntuales a través de licitaciones y subvenciones para equipamiento, una de las más importantes es la dotación de 15.000 euros asignada a finales del año pasado a cada una de las 166 estructuras aprobadas. Su gestión correrá a cargo del centro de competencias digitales Technofutur TIC, en virtud de un convenio anual dotado con 150.000 euros. Como signo de los tiempos, dicho Centro asume ahora la gestión de la red de operadores PMTIC, en coordinación con el Laboratoire de soutien aux Synergies Education Technologie de la Universidad de Lieja, que sigue siendo el motor del dispositivo.

2.400 beneficiarios y 97.000 horas de formación

El PMTIC es un plan de formación. Cada operador reconocido (en 2019, 54 operadores aprobados, incluidos 17 EPN, formaron a 2.400 beneficiarios, lo que corresponde a 97.000 horas de formación) es responsable de proporcionar formación a los solicitantes de empleo a un coste de 7,50 euros por hora y alumno, en un marco global de 48 horas divididas en 4 unidades de formación: primeros contactos con el mundo digital; correo electrónico y redes sociales; navegación y búsqueda de información; ofimática. La iniciativa interesará sobre todo al sector del voluntariado, en particular a los ahora llamados CISP (Centres d’Insertion Socio-Professionnelle), que ya ofrecen formación a los demandantes de empleo. El gran número de personas que atraían al principio se fue haciendo cada vez más escaso con el paso de los años. Al mismo tiempo, aumentarán los requisitos administrativos y de certificación, y la financiación del sistema será cuestionada una y otra vez por los políticos. Todo ello debilitará la red y reducirá el número de operadores. En 2018, la subvención de apoyo al LabSET para supervisar la red llegó a su fin. Gracias a la voluntad del laboratorio de Lieja, el esquema siguió funcionando con sus propios fondos en modo lento. En la actualidad, un acuerdo de dos años vincula al LabSET con el Centro de Competencias en TIC Technofutur, uno para la coordinación pedagógica y el otro para la facilitación, la formación técnica y la comunicación, mientras se prepara un nuevo decreto para una versión ampliada, modernizada y refinanciada del PMTIC. Está claro que las cuestiones de adquisición de competencias, mediación digital e inclusión digital son cada vez más importantes y sensibles.

Mediación digital: 500 actores valones

Fue en este contexto que, a mediados de abril de 2019, Pierre Lelong y Eric Blanchart, respectivamente Director de Proyecto y Director de Proyecto del Centro de Recursos EPN de Valonia, firmaron conjuntamente el Memorando titulado “Pour une politique de la médiation numérique en Wallonie – Insérer les citoyens dans une société inclusive et innovante”. Este documento hace mucho hincapié en la descompartimentación. Los autores estiman que hay 500 actores directa o indirectamente implicados en la mediación digital. El espectro es amplio: desde la lectura pública a los centros culturales y museos, sin olvidar los CPAS y PCS, los centros tecnológicos comunitarios, las asociaciones de primera línea que trabajan con colectivos vulnerables, las asociaciones de formación continua, los terceros lugares, los CoderDojos y, por supuesto, las EPN y los operadores PMTIC. Abogan por la aparición de un ecosistema regional gracias a un proyecto transversal y unificador: “Las partes interesadas, los agentes sobre el terreno, los responsables de la toma de decisiones y los beneficiarios finales tienen todas las de ganar con un sistema coordinado, amplio, visible y coherente de todas las iniciativas que trabajan en torno a la mediación digital”. Los autores abogan por la creación de una red estructurada de terceros lugares que ofrezcan al público una gama coordinada de servicios digitales.

Agente de enlace digital

Las EPN tienen su lugar: en septiembre del año pasado, el SPW Economía, Empleo e Investigación y la Agencia Digital, en colaboración con todos los agentes implicados en la inclusión, presentaron propuestas para “un plan de acción de mediación digital para todos los valones”. Entre las acciones propuestas figuran el refuerzo del sistema y la introducción de una base común de competencias mínimas para los grupos vulnerables. Eric Blanchart: “Ya acudan a Saint-Nicolas, Comines-Warneton o Virton, a una biblioteca, en el marco de un Plan de Cohesión Social (PCS) o a una EPN local, los ciudadanos tendrán así la garantía de encontrar los mismos contenidos vinculados a las competencias digitales básicas descritas en el marco de referencia europeo DigComp”. Los autores del plan de acción basan la reestructuración y el refuerzo del sistema en un modelo multinivel. Se invitaría a las estructuras más cercanas a los ciudadanos, municipios y CPAS, a designar un “agente de relevo digital” como primer punto de contacto para quienes hayan perdido el contacto con el mundo digital. A partir de ese momento, les corresponderá conectarse con una EPN local, cuyo número se ampliará mediante una nueva convocatoria de propuestas.

Fondos estructurales para las EPN valonas

Las EPN existentes recibirían una subvención estructural anual, incluida una obligación de cofinanciación para el promotor (normalmente el 50%). ¿Importe indicativo de esta subvención? 25.000 euros. Junto a esta (re)financiación, queda la espinosa cuestión del empleo y el estatuto del animador multimedia. Eric Blanchart: “El camino que habíamos trazado para sensibilizar al Conseil Régional de la Formation y a otros organismos de formación ha fracasado. La voluntad política no era lo suficientemente fuerte, no teníamos la influencia suficiente para poder llevarlo a cabo, aunque conseguimos, con Forem, elaborar un marco de referencia sobre el oficio de animador multimedia. Pero ahora existe el proyecto europeo Start Digital, apoyado en Valonia por Forem, SPW, AdN, la interfederación CISP, Ifapme e interMire, la asociación de apoyo y asistencia a las once Misiones Regionales de Empleo, una de cuyas misiones es desarrollar y formar a mediadores y animadores digitales y reconocer una serie de competencias. Así pues, se ha relanzado el tema: podría conducir al reconocimiento y la valorización de la profesión, si no de facilitador, al menos de mediador digital, en la que podrían encontrarse los facilitadores de la EPN”.

Colectivo de actores bruselenses de la accesibilidad digital

En Bruselas, la aparición y la puesta en red de los actores de la inclusión digital, en primer lugar las EPN, es el resultado de los actores sobre el terreno y, más concretamente, en 2008, de la voluntad de 4 asociaciones de hacer más visible el trabajo de las EPN: l’Atelier du Web, Fobagra, FIJ & Banlieues. El Collectif des Acteurs Bruxellois de l’Accessibilité Numérique / Digitale Inclusie Brusselse Actoren Collectief se convertirá en una organización sin ánimo de lucro en el verano de 2019. ¿El objetivo de Caban? “Promover la inclusión de todos los ciudadanos en una sociedad digital justa, equitativa y sostenible”. Para lograrlo, la misión de la asociación es reunir a las asociaciones y otros organismos que luchan contra la brecha digital en Bruselas. En el centro de este esfuerzo se encuentran las EPN, de las que existen actualmente unas 20 estructuras aprobadas”.

Propuestas de apoyo estructural a las EPN de Bruselas

En su plan de apropiación digital 2021-2024, la Región de Bruselas sitúa a estas estructuras en primera línea. El objetivo es, por una parte, ofrecer un apoyo de calidad a las EPN de Bruselas y, por otra, normalizar los servicios que ofrecen. Sobre todo, es necesario reforzar sus recursos. En este sentido, el comité de coordinación de la inclusión digital dirigido por el CIRB, encargado de elaborar y aplicar el plan de apropiación digital en Bruselas, ha enviado a Clerfayt propuestas de financiación estructural de las EPN, basadas en un inventario humano y financiero elaborado por CABAN. Mientras tanto, estas estructuras, dirigidas en gran parte por animadores multimedia cuyos empleos son a menudo precarios, se benefician desde hace diez años de un presupuesto cerrado de 100.000 euros que el CIRB utiliza para “rematerializar”, año tras año, 4 EPN al año. Con la crisis sanitaria y el auge de la tecnología digital (y, por tanto, de las desigualdades digitales), la región ha liberado recursos adicionales. El año pasado se votó un presupuesto excepcional de 480.000 euros como parte de las medidas especiales para la inclusión digital. El desglose fue el siguiente: 30.000 euros de ayuda excepcional para las RPE aprobadas (10 RPE recibieron 3.000 euros), 50.000 euros se destinaron a las misiones de CABAN y 400.000 euros se confiaron a la Fundación Rey Balduino para la convocatoria de proyectos “Bruselas Digital”.

30 proyectos

Los 30 proyectos ganadores (24 francófonos y 6 neerlandófonos) fueron seleccionados por un grupo de expertos independientes. Actualmente se están poniendo en marcha. Los destinatarios de los proyectos seleccionados se corresponden lógicamente con los de las EPN: jóvenes, demandantes de empleo, personas con discapacidad, niños enfermos que siguen cursos a distancia, personas mayores, ocupantes de viviendas sociales, mujeres de origen inmigrante. Algunos proyectos organizan equipos sociales móviles, otros buscan a personas con dificultades para ofrecerles apoyo en los Espacios Públicos Numéricos (EPN), y otros crean “amigos” y ayudantes entre iguales… El EPN de Etterbeek utiliza estos recursos para ofrecer apoyo a los adolescentes (escolarización, búsqueda de empleo, administración). La EPN de Saint-Gilles ofrece una fórmula de EPN móvil, mientras que el Centro Cultural de Evere y el CPAS de Jette recurren a un informático público que visita los domicilios de las personas con dificultades digitales. El Foyer des jeunes des Marolles ha organizado talleres de sensibilización para jóvenes y madres. En el mismo distrito, Habitat et Rénovation Ixelles ofrece un EPN local para proporcionar apoyo “a medida” a los residentes de viviendas sociales del distrito de Marolles. La ASBL OIRD ofrece formación a niños y familias que viven al margen de la sociedad en la zona del Canal de Molenbeek. El Centre Féminin d’Education Permanente de Saint-Josse-Ten-Noode ofrece a las mujeres inmigrantes cursos de formación a medida. En Entraide Bruxelles, en Laeken, los recién llegados (con escasos o nulos conocimientos de francés) aprenden a consultar sitios de servicios en línea. En Etterbeek, un proyecto pretende poner terminales táctiles a disposición de las personas sin hogar para que puedan acceder más fácilmente a sitios web de ayuda e información.

800.000 euros para la inclusión digital en Bruselas

En febrero de este año se aprobó el plan de créditos 2021-2024. Prevé un presupuesto anual de 900.000 euros, de los cuales 100.000 se asignan a Easy Brussels para la simplificación administrativa y 800.000 al CIRB para el resto de la puesta en marcha del plan, que dirige la unidad de inclusión digital a través de un grupo de trabajo que reúne, en torno al Centre d’Informatique pour la Région Bruxelloise, a agentes públicos (Bruxelles Formation, Actiris, perspective. brussels, Women in Tech, Bruxelles Social, el SPFB), agentes locales (CABAN, Passwerk, WeTechCare) y privados (BNP Paribas Fortis).

Tania Maamary, coordinadora de inclusión digital del CIRB: “De este presupuesto, vamos a destinar 200.000 euros este año a (re)materializar las EPN aprobadas”. Es decir, unos 10.000 euros por estructura.

Un lugar especial para la Fundación Rey Balduino

Hay que decir que la KBF ocupa un lugar especial y desempeña un papel especial en el mapa de la inclusión digital en Bélgica. La lucha contra la pobreza forma parte de su plan de actividades 2020-2024. En su hoja de ruta, incluye el aspecto digital de la precariedad, que refuerza el aislamiento y la fragilidad de las personas que ya se encuentran al margen de la sociedad. ¿Su objetivo? Promover la inclusión digital reforzando el apoyo a la adquisición de competencias digitales básicas para las capas más vulnerables de la población”. Para apoyar su estrategia, el FRB ha financiado una investigación específica sobre el tema y ha publicado el primer barómetro de la inclusión digital en agosto de 2020. Hoy en día, cualquier documento o propuesta relacionada con la apropiación digital y las políticas de inclusión en Bélgica debe referirse a él. También patrocinará el lanzamiento de la start-up social WeTechCare Belgium, una filial idéntica en espíritu y misión a su “matriz” francesa, WeTechCare.

Un barómetro de referencia

Quentin Mertens, coordinador principal del proyecto FRB: “La tecnología digital no es neutra, ya que condiciona cada vez más el acceso a servicios esenciales como la sanidad, la vivienda y la administración. Hace dos años, nos basamos en las cifras existentes, principalmente de Statbel, para cuantificar el fenómeno. Pero no había ninguna investigación específica sobre el tema. Con el Barómetro de la Inclusión Digital 2020, hemos hecho precisamente eso. Este trabajo de investigación en profundidad confirma la magnitud de un problema que, en nuestra opinión, sigue estando infravalorado. Decir que el 40% de la población belga se encuentra en situación de vulnerabilidad digital es decir que la vida cotidiana de estas personas puede verse afectada, o incluso degradada, por la falta de acceso a la tecnología digital (8%) o por un nivel muy bajo de competencias en este ámbito (32%). “Cuatro de cada diez belgas están en riesgo de exclusión digital y, como era de esperar, las desigualdades digitales refuerzan las desigualdades sociales”. Para el responsable de la FRB, las EPN son buenas, pero no suficientes. En 2019, las EPN de Valonia llegaron a 60.000 personas. “Impresionante -explica Quentin Mertens-, pero no suficiente teniendo en cuenta el millón de personas que tienen dificultades digitales en Valonia”. En su opinión, la solución está en los agentes sociales. Están directamente sobre el terreno. Son ellos los que reciben las solicitudes de personas que no tienen ordenador ni correo electrónico, que no pueden arreglárselas. Así que, o bien los profesionales de lo social consideran que no es su trabajo, o bien, en virtud del vínculo de confianza que tienen con sus clientes, deciden echarles una mano y luego dirigirles a estructuras profesionales de mediación digital como los Espaces Publics Numériques. La plataforma 123 Digit ha sido creada por WeTechCare Bélgica para equipar y apoyar a estos actores de primera línea.

Galaxia Emaús

En Francia, Emmaüs Connect lanzó la startup social WeTechCare en 2016, con la misión de poner en línea una plataforma de aprendizaje – Les Bons Clics – con el objetivo de llegar a un millón de personas en 2020. Los planes de la FRB para una spin-off pasan por crear una asociación belga espejo en 2019: WeTechCare Belgique, que ha adaptado Les Bons Clics al contexto belga por iniciativa de la Fundación. La ambición de 123 Digit es idéntica: “apoyar a los agentes sociales para que ayuden a los ciudadanos que tienen dificultades con la tecnología digital, para que sean autónomos cuando se conectan”.

En el consejo de WeTechCare Bélgica

La joven asociación está fundada por miembros activos de WeTechCare Francia y de los Google Boys: Jean Deydier, fundador de la asociación Emmaüs Connect y de WeTechCare Francia, es el responsable de la gestión diaria de WTC Bélgica. Otros directores son Christian Magon de la Villehuchet, vicepresidente de WTC France y responsable del grupo Havas en Bélgica. Alexandre Aymé, cofundador de la consultora de estrategia digital Adveris, es director de WeTechCare France, mientras que Franck Pierre Alfero, presidente de WeTechCare Belgium, es Customer Value Advisor en Google Francia. El Tesorero de WTC Belgium no es otro que Christophe Querton, antiguo empleado de Google que ahora es Presidente de la fundación familiar 4Wings y, por cierto, cofundador y director de Accelery, otra consultora de estrategia digital con sede en Bruselas.

Donaciones, proyectos europeos y asociaciones público-privadas

La asociación belga y su plataforma 123digit se financian a varios niveles. En primer lugar, las donaciones, gracias al apoyo de la FRB, el Fondo ING para una Sociedad Digital (5.500 euros, renovables durante dos años) y la Fundación 4Wings (contribución al presupuesto de la asociación durante un periodo de 3 años). También están los proyectos europeos, con financiación de Interreg en trámite para la formación de 1.000 cuidadores digitales. (1 millón de euros en dos años para todo el proyecto y sus socios). Por último, están las asociaciones privadas. Los dos primeros socios son Febelfin e Itsme, que han financiado el desarrollo de módulos de formación para sus servicios. Para Quentin Martens, la puerta está abierta a otros socios: “Todavía hay un gran potencial para desarrollar la plataforma I23 Digit. WeTechCare está a la escucha de otros actores, ya sean mutuas de seguros, autoridades públicas u otros actores privados, para financiar módulos basados en sus propios servicios”. Como, a escala nacional, la e-box…

Pensar fuera de la caja

La realidad está ahí. A finales de diciembre de 2020, la Comisión Consultiva Especial de Consumo hizo un breve balance del alcance y las consecuencias de la digitalización de la economía. La desigualdad digital”, explican sus autores, “puede conducir a la exclusión social y económica de las personas que tienen dificultades para utilizar estas tecnologías o que no tienen acceso a ellas”. “En los sectores del gas, la electricidad y las comunicaciones electrónicas, las facturas y notificaciones de consumo se obtienen cada vez más a través de áreas electrónicas de clientes como MyLampiris y MyProximus. El reembolso de gastos médicos sigue la misma tendencia (por ejemplo, MySimbio, MyDKV). Bpost también utiliza herramientas electrónicas para el seguimiento de los envíos postales. En cuanto a los servicios administrativos, la estrategia para modernizarlos también pasa por la tecnología digital (por ejemplo, la plataforma de asistencia sanitaria eHeath, las declaraciones de la renta en línea (MyMinFin), las solicitudes de becas, las matrículas escolares, las solicitudes de subsidio de vivienda, las solicitudes de bonificaciones, etc.). Las ofertas de empleo se anuncian cada vez más por medios digitales. Los solicitantes de empleo que no están en condiciones de explotar las TIC porque no tienen acceso a los equipos o a la formación para utilizarlas están fuera de juego de antemano”.

La educación popular debe desempeñar su papel

Pero sería un error que las asociaciones se limitaran, mediante convocatorias de proyectos hábilmente destiladas, a ayudar a la gente a equiparse y utilizar equipos digitales. Es crucial, de cara a los destinatarios de la acción voluntaria, proporcionar las claves, abrir el capó, arrojar luz sobre lo que está en juego. Las herramientas y plataformas propietarias a las que confiamos cada vez más datos sobre el comportamiento representan una pérdida de autonomía de los individuos y de la vida en sociedad. La opacidad del funcionamiento de los algoritmos de recomendación (para las compras, los consumos culturales, las actividades de ocio) y los sistemas en bucle que drenan la información a la que se supone que se adhiere cada persona, ponen en entredicho el funcionamiento democrático de nuestra sociedad. Aquí es donde la educación popular debe desempeñar su papel.

Poner la tecnología digital al servicio de la emancipación

Périne Brotcorne, investigadora en el CIRTES, asistente en el FOPES y coeditora del barómetro de la inclusión digital 2020: “Muchas asociaciones de educación permanente trabajan en el acceso a los equipos y en el dominio técnico y cognitivo de las herramientas digitales, pero esto no basta. En cierto modo, en un contexto de digitalización creciente, esto significa trabajar en una forma de integración controlada, en una participación laboriosa en la sociedad digital. Lo que hay que hacer aquí es fomentar una visión crítica de los usos y trabajar por la plena apropiación social de las tecnologías digitales. Hay que superar la fase de adopción y aprendizaje, y conseguir poner la tecnología digital al servicio de la autonomía y la emancipación de los individuos y las comunidades. El objetivo del aprendizaje permanente debe ser obtener beneficios sociales del uso de las tecnologías digitales”. Los agentes sociales y culturales deben asumir la tecnología como objeto político y cuestionarla en este sentido. Deben rechazar la etiqueta de ayudantes digitales. Su misión es poner en marcha la mediación cultural digital, exigiendo al mismo tiempo que se mantengan los puntos de contacto humanos como garantes interactivos del acceso a los derechos esenciales para todas las poblaciones.

Jean-Luc Manise
© Catherine BERNIER, SPW – Artículo creado durante el taller World café sobre inclusión digital el 26/04/2019
Publicado en
 https://gsara.tv/fracturenumerique/inclusion-numerique/

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