Por un servicio público digital

People accessing free internet and digital tools.

Por un servicio público digital

La crisis de Covid ha dado un fuerte impulso a la tecnología digital en general y a las herramientas de aprendizaje y trabajo a distancia en particular. Es un hecho que la transición digital se ha hecho inevitable. Su rápido despliegue durante la pandemia confirma la omnipresencia de las tecnologías estadounidenses en todos los frentes digitales. Sin embargo, cada vez se oyen más voces a todos los niveles a favor de una estrategia digital basada en una herramienta industrial europea que garantice los valores defendidos por la Unión, empezando por el respeto de la vida privada de los ciudadanos. El servicio Jitsi Meet de Belnet, Jitsi Visio de iMio, el portal BigBlueButton que está desarrollando Educode y las plataformas 2 Jitsi y BigBlueButton de Domaine Public son ejemplos que conviene seguir y ampliar.

Vigilancia de datos

Europa recela cada vez más de la omnipresencia de las instalaciones industriales estadounidenses en su suelo, y sueña con campeones digitales locales y tecnología digital independiente. ¿Ha oído hablar de Palantir? Diecisiete años después de su fundación con dinero de la CIA (a través del fondo In-Q-Tel), este especialista en vigilancia de datos salió triunfalmente a bolsa en Wall Street a finales de septiembre. Su actividad es el análisis de grandes cantidades de datos para los sectores antiterrorista (suite de aplicaciones Gotham) y financiero (suite de aplicaciones Metropolis). El Departamento de Policía de Los Ángeles es cliente de Gotham, que utiliza con fines predictivos para anticiparse a amenazas delictivas. Para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, Palantir ha desarrollado una plataforma de gestión y seguimiento que centraliza los datos recopilados por las distintas agencias de inteligencia estadounidenses. Investigative Case Management, como se conoce, ha permitido identificar y rastrear a inmigrantes y/o solicitantes de asilo, compartir información e investigarlos para realizar detenciones y redadas en sus lugares de trabajo. Del mismo modo, Amnistía Internacional denuncia que la agencia estadounidense ICE ha utilizado la tecnología de Palantir para “planificar operaciones masivas, como en Misisipi en agosto de 2019, en las que se separó a niños de sus padres y cuidadores, causando daños irreparables a las familias y comunidades implicadas. Estas operaciones han dado lugar a detenciones y expulsiones prolongadas”.

Palantir no es mi amigo

Aquí vamos más allá de la cuestión de la monetización de datos sensibles, que puede entenderse en el caso del Gafa, para plantearnos la soberanía de Europa en materia digital, como planteó la eurodiputada holandesa Sophie in’t Veld en una pregunta que redactó el 10 de junio sobre las relaciones entre Palantir y la Unión Europea. El día anterior, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, había revelado que Europool, la Oficina Europea de Policía, utilizaba Palantir desde 2006 para analizar datos relacionados con la lucha antiterrorista. Aprovechando la crisis sanitaria, Palantir ofreció a varias agencias sanitarias europeas, entre ellas las de Francia (a través de los hospitales de París), Alemania, Suiza y Austria, su ayuda y experiencia para rastrear el virus y distribuir mejor los recursos en términos de personal, mascarillas, respiradores y gestión de camas. Mientras que Francia ha declinado la oferta, habiendo decidido, al igual que Bélgica, desarrollar su propia aplicación, España y Grecia habrían aceptado la propuesta de Palantir. El Gobierno británico, por su parte, ha confiado a Palantir los datos Covid 19 de pacientes británicos. Según la eurodiputada holandesa Sophie in’t Veld, que escribe en el blog del tink tank alemán “aboutintel.eu” en un artículo titulado “Palantir no es nuestro amigo”, esta colaboración es peligrosa en muchos aspectos.

Europa, último bastión de la privacidad

“Palantir es una de las empresas tecnológicas privadas más controvertidas de Silicon Valley, especializada en proporcionar software de análisis de big data a gobiernos y empresas. Su cofundador, Peter Thiel, es un multimillonario de la tecnología que también es el fundador de Paypal y el primer inversor en Facebook. Persigue una agenda política decididamente de derechas, en particular como patrocinador de la campaña de Trump de 2016. Y lo que es más importante, Palantir trabaja para agencias de seguridad e inteligencia estadounidenses como la NSA y la CIA, ayudando a la primera a espiar a todo el mundo, como reveló Edward Snowden. Aquí es donde los políticos europeos deberían trazar la línea. Un organismo legitimado democráticamente, ya sea un gobierno nacional o la Comisión Europea, no debería facilitar la vigilancia de ciudadanos europeos por parte de servicios de seguridad extranjeros”. El eurodiputado pide a continuación que Palantir quede al margen del entramado digital europeo y que desarrolle una independencia tecnológica estratégica, para afirmar y asumir su condición de “último bastión de la privacidad”.

Una administración europea libre

La administración de la Unión Europea reitera esta voluntad de independencia en un comunicado del 21 de octubre titulado “Estrategia de software de código abierto 2020-2023”: “Gracias al software de código abierto, podemos construir nuevas soluciones digitales innovadoras en apoyo de nuestras políticas y acciones comunes, y trabajar por la soberanía tecnológica. Gracias al código abierto, la innovación es progresiva y se basa en el intercambio de conocimientos y competencias. La apertura también aumenta la confianza en los servicios públicos. Ofrece mayores posibilidades de mejorar la seguridad, ya que el código puede inspeccionarse y mejorarse libremente. Según la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, “aunque quizá sea demasiado tarde para reproducir los gigantes digitales, aún estamos a tiempo de lograr la soberanía tecnológica en determinados ámbitos clave”. Y la UE pide a las autoridades públicas de los Estados miembros que sigan su ejemplo: “Las administraciones públicas no sólo deben utilizar software de código abierto, sino también, en la medida de lo posible, contribuir a las comunidades de desarrolladores pertinentes. Gracias a los sistemas abiertos, Europa puede construir soluciones en armonía con sus valores: unidad en la diversidad, apertura e inclusión, no discriminación y respeto de la intimidad”.

Software de acceso abierto en el NCM

¿Qué eco están dando los políticos y poderes públicos belgas francófonos a este deseo de apertura europea y autonomía digital? Lo menos que podemos decir es que avanzan de forma dispersa, a la belga, podríamos decir. Volvamos a lo esencial. En las elecciones parlamentarias de 2019, ¿qué papel desempeñará la autonomía digital en los manifiestos de los partidos? Para los partidos MR y Défi, la respuesta es inequívoca: ninguna referencia al software libre, simplemente una referencia, por parte del MR, a la voluntad de desarrollar un “software de acceso abierto”, de regular este desarrollo y de favorecer las soluciones libres. El principal sector en el punto de mira: la educación, un ámbito en el que, como sabemos, Microsoft está a la cabeza del buque insignia, con Google en el puente y Zoom en la bodega. El PS dice que le gustaría ver “el uso de software libre en los departamentos gubernamentales, así como la puesta en común de las adquisiciones de nuevas tecnologías con el fin de lograr economías de escala”.

Una visión estratégica de lo digital para el cdH

La posición del cdH es más marcada y ambiciosa. A principios de enero de 2019, Vanessa Matz llevó a la Cámara el proyecto de impuesto Gafam, pero fue rechazado por la Comisión de Finanzas (N-VA y Open VLD votaron en contra, MR y CD&V se abstuvieron). La diputada de Lieja enumeró las medidas incluidas en el programa de su partido. Entre ellas, “poner a disposición de los estudiantes software libre y de código abierto, fomentar la promoción de la lógica libre, también en las administraciones públicas y las organizaciones de interés público o que prestan servicios públicos, apoyar el desarrollo y la difusión del software libre, que contribuye eficazmente a reducir la brecha digital y a luchar contra la piratería informática. También puede utilizarse gratuitamente”, añade Vanessa Matz, “lo que es muy importante en la educación y para los solicitantes de empleo, por ejemplo. También fomentan el intercambio y la innovación en el ámbito digital. El público en general debería estar mejor informado de la existencia de estas herramientas, así como de las correspondencias con las correspondientes herramientas propietarias”.

En el PTB, una dimensión cultural y política

La PTB también hace mucho hincapié en el software libre como herramienta de apropiación de la cultura digital y como instrumento político de soberanía digital. Para cumplir el primer objetivo, favorecer el acceso a la cultura digital, la OPA se propone fomentar el uso del software libre, promoviendo las licencias creative commons, creando una biblioteca y mediateca públicas en línea y poniendo en marcha una aplicación digital central de acceso a las obras culturales. La segunda consiste en trabajar por la autonomía digital. “Frente a los gigantes de la Web, supeditaremos el uso de los datos a la obligación de trabajar según los principios del código abierto, la arquitectura abierta, los estándares abiertos y los datos abiertos. Para liberarnos del dominio de las grandes multinacionales tecnológicas, estamos extendiendo el uso de sistemas operativos informáticos y software libre en los servicios públicos. Queremos que las autoridades públicas adopten el software libre en todas sus actividades. Esto garantizará su independencia de las grandes empresas tecnológicas internacionales. Los nuevos programas de los servicios públicos (administración, pero también empresas públicas como la SNCB) también se crearán en código abierto”.

Ecolo: por un acceso equitativo y justo a la tecnología digital

Ecolo, el único partido que ha decidido hacer del código abierto el estándar de sus operaciones digitales internas, también desarrolla una visión política del código abierto. “Cada usuario de las TIC debe estar protegido y ser libre en su elección de hardware y software”, subraya Simon Rasquin, asesor político de Ecolo. “En este contexto, Ecolo defiende el software libre porque la cuestión va mucho más allá del hardware informático: defender el software libre significa defender un proyecto social que se hace eco de los cambios sociales y medioambientales que los ecologistas siempre han apoyado. El objetivo del movimiento es luchar contra la apropiación de la información, el conocimiento y los avances tecnológicos por parte de unos pocos, impidiendo así un acceso equitativo y justo a la informática y a las innovaciones tecnológicas, motor de la economía digital”. Para Ecolo, “el software de código abierto encarna también valores sociales fundamentales, ya que promueve la emancipación, la creación y la colaboración frente al modelo competitivo y cerrado del software propietario”. “En concreto, el Partido Verde propone sistematizar el uso del software de fuente abierta en el sector público: poderes públicos, administraciones y escuelas.

Los gobiernos valones de la Federación Valonia-Bruselas se comprometen (sobre el papel)

Hasta aquí las posiciones de cada uno. Se puede encontrar un resumen en las declaraciones políticas 2019-2024 de los gobiernos valones y la Federación Valonia-Bruselas. El objetivo es “promover y utilizar, en la medida de lo posible, estándares abiertos y software libre en las administraciones públicas, organismos de interés público y oficinas ministeriales”. También pretende “promover el uso de software libre en las escuelas y reforzar la formación inicial y continua de los profesores en este ámbito”. Por último, pero no por ello menos importante, el Gobierno pretende “promover el uso de software de fuentes abiertas entre los ciudadanos y las empresas, en particular mediante iniciativas de sensibilización y/o formación, y desarrollar la formación en software de fuentes abiertas para uso profesional”.

¿Dónde está la hoja de ruta?

Hay voluntad, hay un marco. Luego está la realidad, y aquí tenemos que decir que estamos buscando la hoja de ruta. En su declaración escrita, el Gobierno indica su firme intención no sólo de defender sino de promover el uso del código abierto en los sectores clave de la administración y la educación. Ante la crisis de Covid, que obligó a ésta a trabajar a distancia con los alumnos, ¿cómo actuaron los políticos? Linda Doria, profesora y responsable de educación mediática en el ASBL Centre Audiovisuel de Liège, echa la vista atrás en un artículo sobre la tecnología digital en la escuela disponible en la web del CAV. Interrogada por uno de sus colegas profesores de la red libre sobre la adopción en su centro del proyecto “Rentrée numérique” de la ASBL EducIT, consideró importante analizar este tipo de nuevas herramientas pedagógicas digitales. Junto con el proyecto Relie de la ASBL Educode, éste ha sido el único proyecto estructurado propuesto al personal docente. Todo lo demás han sido declaraciones de intenciones y una invitación a la chapuza.

Google en la mochila

“Ante la urgencia de controlar a toda costa el aprendizaje de los alumnos mediante herramientas digitales durante el cierre, los responsables, directores y profesores pusieron en marcha varias soluciones. Para compensar la falta de recursos y herramientas ofrecidos por la administración educativa en FWB, así como la dificultad de dominar estas herramientas, se utilizaron la mayoría de las veces soluciones de fácil uso y acceso. Los profesores han utilizado herramientas como Gsuite (el conjunto de aplicaciones de Google para el trabajo colaborativo y la producción en línea), Teams (la plataforma colaborativa de Microsoft para videoconferencias, entre otras cosas) y servicios de mensajería privada como Messenger y WhatsApp de Facebook. Paralelamente, la asociación EducIT ha lanzado su proyecto “Vuelta al cole digital”, que ha presentado al grupo de trabajo creado por los ministros Pierre-Yves Jeholet, Caroline Desire y Frédéric Daerden: “La idea es ofrecer a cada escuela la posibilidad de utilizar Internet por primera vez. La idea es ofrecer a cada alumno un Chromebook, un ordenador con el sistema operativo de Google, por 60 euros al año durante 3 años, más un saldo de 30 euros. En su página web hay disponible un kit didáctico para profesores. Incluye una herramienta de conexión y sincronización (Google Chrome), un aula virtual (Google Classroom), un espacio de almacenamiento (Google Drive) y un servicio de videoconferencia (Google Meet). Bienvenido a la comunidad Google Friends…

¿Obligado a comprar al propietario?

Linda Doria pregunta: “El uso de herramientas de GAFAM en la escuela, como es el caso del Chromebook, plantea inevitablemente la cuestión del consentimiento. ¿Estarán obligados los alumnos o los profesores (si la escuela firma un contrato de leasing para utilizar software o hardware de GAFAM, por ejemplo) a consentir el uso de estas herramientas? Por otra parte, la recogida y el tratamiento de datos centralizados en Google podrían atentar contra la intimidad de alumnos y profesores. Aunque la empresa se comprometa, a través de las cuentas de G Suite for Education, a no utilizar los datos recogidos con fines publicitarios y a no revender estos datos a terceros, la empresa recoge de hecho los datos.

Una postura crítica sobre el uso de la tecnología y las herramientas digitales en las escuelas

El profesor también lamenta la falta, o incluso la ausencia, de un cuestionamiento crítico de estas herramientas. “Los políticos, los medios de comunicación, las escuelas y el público en general creen que es vital educar a los jóvenes (y a los no tan jóvenes) sobre los medios de comunicación. Esto es especialmente cierto en temas que están muy de moda estos días, como las noticias falsas, las redes sociales, el ciberacoso y la adicción a las pantallas. Es urgente ampliar las representaciones de los campos de acción de la educación mediática. La elección de un ordenador, su sistema operativo, el software y los servicios en línea son cuestiones que las escuelas, a través de la educación mediática, deben tener en cuenta”.

Carta blanca

La carta blanca por “una educación bajo licencia abierta y por una educación responsable, crítica y cívica”, firmada el 7 de julio por unas sesenta personas procedentes del mundo de la educación, la política y el asociacionismo, va en el mismo sentido: “Frente al auge de la vigilancia digital generalizada, mantener el control de nuestros datos y nuestras herramientas es un reto importante. El software libre y de código abierto es la única respuesta, y es una condición necesaria pero no suficiente para recuperar este control. El software libre no tiene restricciones de uso. Se puede entender cómo funciona, adaptarlo sin límites y volver a compartirlo. GAFAM no se equivoca: su infraestructura global se basa por completo en software de código abierto. El software de código abierto hace funcionar toda la infraestructura de Internet, incluidos nuestros smartphones. Esto demuestra que el software de fuente abierta es una base sobre la que crear empleos locales de alto valor añadido difíciles de deslocalizar. En Francia, los servicios de software de fuentes abiertas representan el 10% del mercado de TI, con un crecimiento anual del 9%, y representan 60.000 puestos de trabajo. Además, el software de fuente abierta, al igual que los contenidos con licencia abierta como Wikipedia, es uno de los mayores proyectos de creación colectiva de conocimiento. De este modo, ponen de relieve la noción de bien común y permiten la emancipación de cada individuo, en consonancia con la misión de la educación, que es formar ciudadanos responsables y conscientes.

Pensar en las herramientas digitales

La educación va a utilizar cada vez más los contenidos educativos digitales: el software libre facilita compartir y reutilizar los contenidos. El gobierno valón y el gobierno de la Federación Valonia-Bruselas lo han entendido claramente, como se afirma en su declaración política 2019-2024. Nosotros, profesores, padres y ciudadanos, seguimos atentos a la necesaria reflexión ética y global que debe preceder ahora a las elecciones relativas a las herramientas digitales para las escuelas, y les pedimos que “se hagan preguntas fuera de la caja”. Deseamos que los compromisos del Gobierno se apliquen lo más amplia y rápidamente posible, y queremos saber qué progresos se han realizado un año después de las promesas hechas en el DPC y el DPR. Creemos que la tecnología digital debe seguir siendo una herramienta al servicio del ser humano, ampliando el pensamiento de quienes la utilizan, complementando los recursos existentes y no sustituyéndolos.”

No cumple el RGPD

Por cierto, el 7 de julio de este año, la Autoridad de Protección de Datos de Berlín dictaminó que la mayoría de los servicios de videoconferencia no cumplen el RGPD. Zoom, Google Meet, Skype y Microsoft Teams no cumplen con la legislación europea en materia de tratamiento de datos personales. De ahí la importancia de iniciativas como Educode, los servicios Jitsi creados por la organización intermunicipal valona iMio para las autoridades locales de Valonia y los CPAS, los organismos Jitsi y BigBlueButton que funcionan en el sitio web del anfitrión alternativo bruselense Domaine Public, y el servicio Jitsi disponible en el sitio web de la red nacional de investigación y educación Belnet.

Lo digital debe ser un servicio público

Deberíamos poder ir más lejos. En el sitio Renater, equivalente francés de Belnet, la comunidad educativa e investigadora tiene acceso a una completa biblioteca de herramientas y servicios totalmente gratuitos. Además del espacio de videoconferencia “Rendez-vous”, existe un organizador de eventos (Evento), una aplicación de transferencia de archivos pesados (FileSender), un espacio de alojamiento y gestión de proyectos informáticos (SourceSup), una plataforma de trabajo para listas de correo (Universalistes) y un sistema de mensajería colaborativa (Partage). Las regiones de Valonia y Bruselas han lanzado una consulta popular en línea para imaginar el futuro de Covid. Una de las propuestas clave, en un momento de transición digital, debe ser el establecimiento de un auténtico servicio público digital, en línea con las declaraciones de intenciones de sus gobiernos.

Jean-Luc Manise
Director de Transformación Digital del CESEP y periodista independiente

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